Ni permisivo ni autoritario: el modelo para formar niños resilientes y seguros

Hace 2 minutos

El método prioriza la seguridad emocional, fomenta la confianza y redefine el rol de los padres en la educación. Las claves para ponerlo en práctica.

Como nunca antes en la historia, la crianza de los niños se ha puesto bajo la lupa y nuevas propuestas buscan alcanzar la mejor educación para los hijos, que brinden las bases más sólidas y seguras para su futuro desempeño en la vida.

Recientemente, en Infobae en Vivo, la psicóloga especializada en orientación para padres Maritchu Seitún (MN 50439) trazó una línea que va desde el autoritarismo de las generaciones anteriores, pasando por un período de permisividad, hasta llegar a la actualidad, donde los padres -según explicó- están intentando encontrar un punto de equilibrio que aún no logran consolidar.

Ni permisivo ni autoritario: el modelo para formar niños resilientes y seguros

"Primero el autoritarismo, después el permisivismo, que llevó a hijos muy frágiles, que hacían lo que querían y que se sentían los dueños del mundo", dijo. Y agregó: "A ver si ahora logramos -que no lo estamos logrando- ser papás firmes, claros, que aman incondicionalmente pero que pueden poner freno".

Reem Raouda, una especialista estadounidense en crianza consciente, explicó en un artículo en CNBC que la crianza emocionalmente segura es un enfoque innovador que prioriza la seguridad emocional por encima de la disciplina estricta o la permisividad.

Esa forma de educar que brinda firmeza y límites, en un marco de amor y seguridad, inspiró la reciente columna de Raouda en CNBC, titulada "He estudiado a más de 200 niños y el nuevo estilo de crianza número uno para educar niños altamente exitosos funciona mejor que el resto".

Un modelo de crianza ni permisivo ni autoritario

Ni permisivo ni autoritario: el modelo para formar niños resilientes y seguros

Dijo Raouda: "¿Y si criar hijos exitosos no se trata de ser estrictos o blandos? ¿Y si la respuesta es crear un ambiente seguro? Tras años estudiando más de 200 relaciones entre padres e hijos, y practicando hábitos saludables con mi propio hijo, he visto de primera mano qué ayuda a los niños a prosperar... y qué los frena silenciosamente. Por eso desarrollé un nuevo marco de crianza, uno que creo que funciona mejor que el resto, basado en lo que los niños más necesitan pero rara vez reciben: seguridad emocional".

Este modelo de crianza se centra en la sintonía emocional, la autoconciencia y la sanación interior, según la experta.

"Enseño a los padres no solo a gestionar el comportamiento de sus hijos, sino también a ayudarlos a desarrollar resiliencia emocional, confianza y conexión mediante conversaciones abiertas y honestas", agregó.

Crianza emocionalmente segura

De acuerdo con Raouda, la crianza emocionalmente segura comparte similitudes con la crianza autoritaria en cuanto a la importancia de establecer límites claros y fomentar la independencia. Sin embargo, se diferencia al enfatizar la aceptación de las emociones de los niños sin apresurarse a corregirlas o descartarlas. Los padres que adoptan este enfoque responden a las emociones de sus hijos sin avergonzarlos, evitando frases que puedan menospreciarlos o culparlos, incluso si esas fueron las respuestas con las que ellos mismos crecieron.

Otras características de este tipo de crianza es considerar el "mal" comportamiento de los niños (es decir, gritar, responder a los gritos, golpear a otro hermano) como señales de estrés, no como desafío.

Además, según la experta, los padres emocionalmente seguros asumen la responsabilidad después de los conflictos, pidiendo disculpas y reconectando con sus hijos en lugar de castigarlos o retirarse.

"Lideran con autoridad tranquila y firme, manteniendo límites sin miedo y acogiendo incluso las emociones más intensas con compasión y claridad", recomendó la experta.

Cómo practicar una crianza emocionalmente segura

Realizar un trabajo interior. "La crianza emocionalmente segura empieza con el adulto, no con el niño. Acostúmbrate a reflexionar sobre cómo tu propia infancia y tus desencadenantes emocionales influyen en tus reacciones hoy", aconsejó Raouda.

Ni permisivo ni autoritario: el modelo para formar niños resilientes y seguros

Evitar ver la mala conducta como una falta de respeto, hay que interpretarla como una comunicación, una solicitud de apoyo, no de castigo. Y añadió Raouda: "Pregúntese: "¿Qué intenta decirme su comportamiento?" en lugar de: "¿Cómo puedo detener esto?"

Establecer límites con empatía, no con control. De acuerdo a Raouda "Los límites son necesarios, pero no hay que imponerlos con miedo ni vergüenza. Los padres emocionalmente seguros mantienen límites firmes y una conexión emocional".

Según Seitún, "el límite requiere una maternidad o una paternidad muy activa. Pero es importante justamente para constituir una personalidad que después no se choque con un mundo que te pone límites a su manera", explicó. En ese sentido, subrayó que los límites no deben asociarse con castigo o enojo, sino con una guía amorosa que brinda seguridad al niño.

Asimismo, subrayó que si los límites son variables o si el adulto claudica por cansancio o culpa, el efecto es contraproducente: "Cuando hoy te dejo, mañana no te dejo... no hay una referencia todos los días. Y eso genera más conflicto". Por eso, recomendó usar una actitud firme pero empática, acompañar y contener el enojo de los más chicos.

Evitar que se produzca la vergüenza. De acuerdo con la especialista estadounidense, en lugar de culpar o aislarse, los padres deben reconectar con sus hijos después de momentos difíciles, mostrando que el conflicto no tiene por qué llevar a la vergüenza ni a la desconexión. Y recomendó: ""Tomemos algunas respiraciones profundas juntos, luego podremos hablar sobre lo que sucedió".

En la crianza emocionalmente segura la comunicación es un elemento central, dijo Raouda. Y añadió que la forma en que los padres hablan a sus hijos se convierte en la forma en que los niños se hablan a sí mismos. Los padres emocionalmente seguros son conscientes de que su tono, palabras y reacciones influyen en cómo sus hijos se ven a sí mismos, especialmente en momentos difíciles. Usar un tono tranquilo y respetuoso, validar los sentimientos de los niños y asegurarles que siempre estarán ahí para ellos son prácticas recomendadas por la experta.

Finalmente, Raouda enfatizó que el objetivo de la crianza emocionalmente segura es proporcionar a los niños algo más profundo que la disciplina: una sensación de seguridad, apoyo y amor incondicional. Un niño que se siente emocionalmente seguro se convierte en un adulto capaz de regular sus emociones, construir relaciones sanas, confiar en sí mismo y vivir con seguridad, destacó la experta.