Uno de los grandes conocidos de los efectos negativos del consumo excesivo de azúcar es que contribuye al sobrepeso, pero además de esto, puede afectar a la salud y traer consigo otras consecuencias quizás más desconocidas entre los consumidores. Estas son algunas de ellas.
Una dieta en la que se consuma un cantidad excesiva de azúcar tiene efectos sobre la función cognitiva del cerebro. La ingesta de este alimento provoca un aumento de los niveles de la glucosa en la sangre, lo que a su vez influye en el hipocampo. Las consecuencias son una menor capacidad de concentración y de atención, así como de memoria.
Alzheimer
Según apunta la Confederación Española del Alzheimer, el consumo de azúcar podría estar relacionado con padecer enfermedades mentales y con el Alzheimer. Por ello, aconsejan una dieta y un estilo de vida saludable, con lo que se podría evitar sufrir estas enfermedades.
La ciencia ha llevado a cabo estudios relacionados con esta cuestión, como éste realizado por la Universidad de Bath y el Kings College de Londres, que encontró que una enzima vital, MIF, está glucosada en los cerebros de las personas con Alzheimer.
Ansiedad y depresión
Existe una clara asociación entre el tipo de alimentación y el estado de ánimo, como apunta este estudio realizado por la Universidad de Zaragoza. Según apuntan los expertos, "la calidad general de la dieta se asoció de forma significativa e inversa a la presencia de algún nivel de ansiedad, estrés o depresión". Por grupos de alimentos, encontraron que la prevalencia de las alteraciones del bienestar psicológico y el sueño se asocia esencialmente con la falta de adherencia a las recomendaciones de ingesta de verduras y hortalizas y un exceso de dulces.
Problemas dermatológicos
Cuando se consume un exceso de azúcar o alimentos con alto índice glucémico, es decir que elevan mucho la glucosa en sangre, se producen algunos efectos, tal y como afirma la doctora Gema Pérez Sevilla, experta en medicina y cirugía estética, y en antienvejecimiento y longevidad. Esta consumición excesiva de azúcar favorece la producción de sebo y el aumento de andrógenos, lo que facilita la obstrucción de los poros y el empeoramiento de la rosácea o el acné.
Según resultados comprobados, las pruebas de la relación entre los productos "libres de azúcar" y el cáncer han sido limitadas y controvertidas, y necesitan más investigación. Pero el hallazgo, según el estudio, podría explicarse por los efectos conocidos del azúcar sobre el peso: el consumo elevado de azúcar se ha asociado a la obesidad, que es un fuerte factor de riesgo de varios tipos de cáncer. Lo mismo ocurre con las enfermedades cardiovasculares.
"El consumo de azúcar añadido puede promover la inflamación en el cuerpo, y esto puede causar estrés en el corazón y los vasos sanguíneos, lo que puede conducir a un aumento de la presión arterial", dijo el científico del comportamiento Brooke Aggarwal a CNN en febrero. Aggarwal, profesora adjunta de ciencias médicas en la división de cardiología del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, no participó en el estudio.
Se ha descubierto que los alimentos muy procesados, que pueden tener mucho azúcar libre (free sugar), aumentan la inflamación, un factor de riesgo de la depresión.
"Los carbohidratos de los alimentos integrales tardan más en descomponerse en azúcares simples, y una parte de ellos -la fibra- no puede descomponerse en absoluto", dijo Adam a CNN en febrero. "Esto significa que los cereales integrales e intactos no provocan los mismos picos de azúcar en sangre que experimentamos cuando comemos azúcares simples. Los picos de azúcar en sangre desencadenan picos de insulina, que pueden desestabilizar nuestra glucemia y... ser la causa subyacente de problemas de salud a largo plazo".
Reducir el consumo
Los resultados -en combinación con las orientaciones existentes de la Organización Mundial de la Salud, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer- sugieren que las personas deberían limitar la ingesta de productos con azúcar añadido a menos de 25 gramos, o unas 6 cucharaditas, al día. Esa cantidad de azúcar se encuentra en 2 ½ galletas de chocolate, 450 gramos de ponche de frutas y aproximadamente 1 ½ cucharadas de miel. Un donut contiene entre 15 y 30 gramos de azúcar, según la Clínica Cleveland.
Los autores también recomiendan reducir el consumo de bebidas azucaradas a menos de una ración (entre 200 y 355 mililitros) por semana. Eso equivale a un refresco de hasta 340 gramos, dijo Aggarwal por correo electrónico.
Para cambiar los patrones de consumo de azúcar, los autores piensan que "se necesita urgentemente una combinación de educación y políticas de salud pública generalizadas en todo el mundo".
Pero hay algunos cambios que puedes empezar a hacer por ti mismo.
Sé consciente de lo que te metes en el cuerpo leyendo las etiquetas nutricionales al hacer la compra, incluso las de alimentos que no consideras dulces, como el pan, los cereales de desayuno, los yogures o los condimentos. Estos alimentos suelen contener mucho azúcar añadido, y eso suma, dice Adam.
Opta por agua endulzada con rodajas de fruta en lugar de bebidas azucaradas y toma fruta fresca o congelada de postre en lugar de pasteles, galletas o helados. Cocinar y hornear en casa más a menudo es una de las mejores maneras de reducir el consumo de azúcar, dijo Aggarwal.
Dormir bien con regularidad también ayudaría, "ya que tendemos a elegir alimentos más azucarados cuando estamos cansados", afirma Aggarwal. Reducir el consumo gradualmente puede ayudar a entrenar las papilas gustativas para que deseen menos azúcar.
"Probablemente nuestras vidas acabarán siendo más dulces con menos azúcar en la dieta", afirma Adam.