Día por los Derechos de las Personas con Epilepsia

Viernes, 24/05/24 09:00

Es uno de los trastornos neurológicos más comunes que puede garantizarse una buena calidad de vida con un diagnóstico a tiempo, según la OMS; ¿cuál son sus causas?

La epilepsia es uno de los trastornos neurológicos más comunes a nivel global. Es una enfermedad crónica no transmisible que se caracteriza por la aparición de convulsiones recurrentes, que son episodios breves de movimiento involuntario que pueden ser parciales (cuando involucran una parte del cuerpo) o generalizados.

En la Constitución Nacional, en tratados internacionales, en una ley sancionada hace dos décadas por el Congreso y en normas provinciales, es decir en cada uno de estos estratos del sistema legal argentino están garantizados los derechos de las personas con epilepsia. Una patología que, según estimaciones, afecta en nuestro a más de 300 mil argentinos.

"En la Argentina, la situación de las personas con epilepsia puede variar considerablemente según factores como la región, el acceso a la atención médica y los recursos disponibles. Sin embargo, en términos generales, existen desafíos significativos. La situación es compleja debido al estigma social, la discriminación y las dificultades en el acceso a la medicación y la atención médica", planteó Ivana García, fundadora y directora de la Fundación Espacio Epilepsia.

La especialista afirmó que a esto se le suman "los desafíos que enfrentan las personas con epilepsia en el acceso al trabajo y la educación, ya que debido al estigma de la enfermedad, tienen mayores dificultades para acceder que la población en general. Esto conlleva una gran carga mental".

Las causas de la epilepsia

Resulta impreciso determinar una causa o desencadenante único para la epilepsia, ya que en muchos casos se desconoce el factor principal que lleva a los pacientes a padecer sus crisis. Sin embargo, es posible mencionar algunas de las más frecuentes:

  • Daño cerebral por causas prenatales o perinatales, como hipoxia, traumatismos durante el parto o bajo peso al nacer.
  • Tumores cerebrales.
  • Traumatismos craneoencefálicos graves.
  • Síndromes genéticos.
  • Accidentes cerebrovasculares.
  • Malformaciones congénitas o trastornos genéticos.
  • Meningitis, encefalitis, neurocisticercosis u otras infecciones cerebrales.

Cuántos tipos de epilepsia hay

Al hablar de esta enfermedad, la OMS emplea la Clasificación Internacional de las Epilepsias y Síndromes Epilépticos (ILAE) para clasificarla en diferentes tipos. En primer lugar, se encuentran las Crisis Epilépticas Focales, que suelen ser las más comunes. Se caracterizan en la activación de una parte del cerebro y se dividen en:

  • Conscientes o simples: el paciente se mantiene consciente durante el episodio.
  • Inconscientes o complejas: existe una alteración o pérdida del conocimiento.

En tanto, las Crisis Epilépticas Generalizadas son menos frecuentes y afectan a los dos hemisferios del cerebro. Por lo tanto, provoca diferentes tipos de síntomas en la persona:

  • Crisis tónica: se da una pérdida del conocimiento, junto a contracciones musculares rígidas e hiperextensión brusca. En algunos casos, también presenta la repetición de movimientos involuntarios.
  • Crisis de ausencia: ocurre cuando la persona pierde la conciencia. Uno de sus signos es que el paciente se encuentra mirando hacia un punto fijo por un tiempo prolongado.
  • Crisis mioclónicas: se caracteriza por la manifestación de movimientos bruscos y sacudidas, que duran unos segundos.
  • Crisis atónica: los músculos se relajan, se da una pérdida del conocimiento y la persona puede perder el equilibrio y caer.

Cómo reconocer la epilepsia

El paciente puede padecer algunos de los siguientes síntomas:

  • Convulsión
  • Contracción muscular masiva
  • Pérdida del conocimiento
  • Contractura aguda en mandíbula
  • Secreción de espuma por la boca
  • Pérdida del control de esfínteres

Ante alguno de estos signos, la persona deberá acudir inmediatamente a un médico, el cual realizará una serie de estudios para determinar si se trata de una crisis aislada o de una patología cerebral. De ser necesario se administrarán medicamentos anticonvulsivantes, los cuales ayudan a un 70 por ciento de los pacientes a vivir libres de convulsiones.