Los efectos de una incorrecta exposición solar sobre nuestra salud ocular no son suficientemente conocidos. Por ejemplo, ¿sabías que exponernos al sol sin las medidas de protección adecuadas puede causar degeneración macular? La radiación solar es la causa principal del envejecimiento de nuestro organismo. Por eso, no es de extrañar que sea un factor de riesgo a la hora de desarrollar degeneración macular dado que su origen está en el envejecimiento de la retina y la mácula.
Y esta no es la única enfermedad derivada de la radiación solar. Puede provocar quemaduras en la córnea y la conjuntiva, también en la retina y favorece la aparición de pterigium en la córnea. Además, es uno de los factores que aceleran la aparición de cataratas, cuyo único tratamiento es la cirugía. Y, como sucede en el resto del organismo, la radiación solar incrementa notablemente el riesgo de padecer cáncer en la piel y anejos oculares.
Debemos proteger nuestros ojos de la acción del sol durante todo el año, pero más aún verano. La radiación solar en esta época del año es más fuerte y eso nos obliga a extremar las precauciones para cuidar nuestra salud ocular.
Cuidado con la calidades tanto de gotas oculares como anteojos
Hay que tener cuidado en el tipo de gotas que uno se coloca en el ojo, ya que las que tienen corticoides alivian los síntomas de irritación pero tiene efectos adversos importantes como: catarata y glaucoma.
También hay que tener mucho cuidado en el uso de lentes de sol de mala calidad, ya que uno se expone peligrosamente a los rayos UV pensando que está engañosamente protegido por tolerar más el sol, pero aumenta la exposición a los mismos.
¿Qué tenemos que tener en cuenta para elegir anteojos de sol?
Los anteojos de sol que adquiramos deben cubrir toda el área de los ojos y tener filtro para rayos UVA y UVB. La capacidad de bloquear estos rayos no depende de cuán oscuros sean de los lentes ni de su precio. Existen diferentes rangos de protección UV. Se recomienda que los anteojos posean un filtro UV del 80% o superior. Esto no es algo que nosotros podamos distinguir mirando el vidrio.
¿Qué pasa con los ojos de los niños?
Los rayos ultravioleta son igual de perjudiciales para los ojos infantiles que, al no estar desarrollados completamente, son mucho más vulnerables que los de los adultos a los efectos nocivos del sol. Una buena protección desde la infancia puede prevenir patologías visuales en el futuro.
El cristalino de los bebés de menos de un año deja pasar hasta el 90% de la radiación UVA y el 50% de la UVB, llegando directamente a la retina, la parte más delicada del ojo. Entre los 12 y los 13 años estos porcentajes se reducen alcanzando el 60% para los UVA y el 25% para los UVB. Recién a partir de los 25 años el cristalino ya funciona a pleno rendimiento y se reduce la cantidad de rayos ultravioleta que llegan a la retina.
Para finalizar, es importante no olvidar que las nubes no bloquean los rayos UV; saber que el sol es dañino todo el año, no solo en verano; y tener mayor cuidado en los horarios del mediodía y la siesta.