Los 10 mitos que hay que derribar a la hora de la lactancia materna
En la Semana Mundial de la Lactancia Materna, los profesionales de la salud recuerdan que amamantar no es solo un acto biológico
La Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebró del 1 al 7 de agosto, los profesionales de la salud recordaron que amamantar no es solo un acto biológico sino que es también una experiencia emocional profundamente atravesada por expectativas, mandatos sociales y vínculos, por lo que derribaron 10 mitos a la hora de la práctica.
Aunque la evidencia científica confirmó de forma contundente sus beneficios, muchas mujeres siguieron enfrentando barrieras invisibles y derribar esas creencias resultó clave para comprender que amamantar no es solo nutrir, sino que es un acto físico, emocional y vincular que necesita contención.
"La lactancia es una práctica profundamente emocional. No solo nutre el cuerpo del bebé, también construye uno de los primeros vínculos. Por eso, cuando aparecieron dificultades, las madres no solo consultaron por cuestiones físicas, sino también por lo que sintieron: culpa, frustración, miedo a hacerlo mal. Acompañarlas sin juzgar, brindar información y validar sus emociones fue parte del rol profesional", explicó el doctor Daniel Ruffolo, Médico Cirujano, Ginecólogo y Obstetra del CMC de Mendoza de Boreal Salud.
Entre los mitos más comunes que todavía circularon en 2025 se destacaron:
"Si los pechos son pequeños, no se puede amamantar": cuando en realidad, el tamaño no determinó la capacidad de producción, ya que todas las madres pueden producir la cantidad necesaria si hay un estímulo adecuado."Después de los seis meses, la leche ya no alimenta": la leche materna siguió siendo una fuente relevante de nutrientes, defensas y factores de crecimiento incluso después del primer año."Si el bebé llora mucho, es porque la leche no lo llena": el llanto no siempre indicó hambre, puede responder a otras necesidades (contacto, sueño, malestar) y no implicó baja calidad de la leche."No tengo suficiente leche": la mayoría de las veces fue una percepción errónea, ya que la succión frecuente fue la clave para sostener y aumentar la producción."Estar resfriada impide amamantar": salvo en casos excepcionales, no solo se pudo amamantar estando enferma, sino que fue recomendable ya que la leche transmitió anticuerpos protectores."Si el bebé toma fórmula o mamadera una vez, rechaza el pecho": no necesariamente, muchas lactancias mixtas o recuperadas funcionaron bien con acompañamiento."La leche es muy aguada y no alimenta": la leche varió en apariencia y composición a lo largo de la toma, pero siempre aportó lo que el bebé necesitó."Amamantar debería ser fácil si se hace con amor": la lactancia pudo ser desafiante, incluso en contextos de deseo y motivación. El amor no reemplazó la necesidad de apoyo técnico y emocional."Después de algunos meses, la leche se corta sola": la producción se reguló por la demanda, si el bebé siguió mamando, la leche continuó."Volver al trabajo impide seguir amamantando": con organización, extracción de leche y asesoramiento, muchas mujeres lograron compatibilizar lactancia y trabajo.Además, el doctor manifestó: "La mayoría de las mujeres puede amamantar, pero muchas veces se enfrentaron a obstáculos que no tuvieron que ver con su cuerpo, sino con la falta de información, de tiempo o de apoyo. Si una madre no recibió la ayuda adecuada, lo más probable fue que abandonara, no porque no quisiera, sino porque se sintió sola".
Por otro lado, en este proceso se trató de acompañar a las familias con información clara, escucha activa y apoyo concreto, lo cual fue esencial para sostener una lactancia saludable.
Finalmente, el acceso a profesionales capacitados, pediatras, puericultoras, nutricionistas, obstetras y psicólogos, pudo marcar la diferencia entre una experiencia positiva y una experiencia atravesada por el estrés o la frustración.