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Jonathan Ponce brindó un duro testimonio en Vibra FM (100.3) sobre cómo su hijo Bautista de cinco años con autismo sufrió la abundante pirotecnia que se utilizó en Navidad. El objetivo fue generar conciencia en la gente y pedir que no se la utilice en Año Nuevo.
"Lo que fue el 24 en la noche y el 25 la pasamos muy mal, cuando llegó la medianoche y se empezaron a sentir las explosiones mi hijo salió corriendo y se metió abajo de la cama a taparse los oídos y a oscuras. Lo intentamos sacar para que fuera a ver los regalos y no hubo caso".
Añadió que "el día 25 fue peor porque era ver prácticamente un zombie, no reaccionaba, estaba estresadísimo, fueron dos o tres días que estaba como ido, le molestaba hasta el ruido de la tele, nunca le había pasado y eso que en nuestro barrio no se tiró cohetes porque ya todos saben lo de Bauti, pero a 300 metros se sentían las detonaciones y era impresionante la desesperación que tenía mi hijo con sólo cinco años".
Jonathan consideró que "este año se tiró muchísimo a comparación de años anteriores y repercutió más en mi hijo. El año pasado no fue tanto, le molestó pero no fue tanto como este año, nos dejó mal a todos. Se la pasó en cama y por momentos se despertaba asustado".
Además advirtió que esto no sólo le sucedió a Bauti. "Nos hemos contactado por redes sociales con otras familias y les ha pasado lo mismo a otros niños y gente grande con autismo. También hemos estado en discusión con otras personas por Facebook que dicen que son sólo dos días al año, pero esos dos días para mi hijo son eternos".
Dijo que "es feo que lo viva un niño de 5 años, se desespera al no poder expresarse y decir que le duelen los oídos, nosotros dentro de todo nos dimos cuenta, pero es muy fea la situación".
Anticipó que para el Año Nuevo van a tratar de que Bauti use auriculares con música que le gusta para intentar que no sienta las detonaciones. "Y si no, la última opción es irnos al campo".
