Después de la detención de Sebastián Bastías (31), el penitenciario que trasladó 50 kilos de droga en un auto a San Rafael vestido con el uniforme a pesar de estar suspendido por una sanción administrativa, la Inspección General de Seguridad (IGS) abrió una profunda investigación sobre el efectivo y posibles complicidades dentro de organismo.
Al aire de Vibra FM (100.3) uno de los directores de la IGS, Marcelo Puertas, informó primero "los motivos de la suspensión del uniformado y el inicio de una investigación que podría tener consecuencias sobre otras autoridades del Servicio Penitenciario".
El funcionario reveló que Bastías "fue sancionado 60 días por no haber cumplido con sus funciones en el control de ingreso de elementos al Complejo IV donde prestaba sus labores diarias" y especificó que "durante el turno de guardia en el muro se hizo el distraído cuando mediante el 'palomeo' tiraron algunos artículos, entre ellos un teléfono" y descartó "el ingreso de drogas".
Complejo Peniteciario IV, en avenida Mitre y La Pampa.
Esa habitual modalidad de arrojar elementos desde la vía pública hacia la Cárcel necesita de la complicidad de los agentes penitenciarios para que algún interno lo pueda recibir y en este caso Bastías no lo denunció y "sus compañeros que lo vieron hicieron la denuncia correspondiente".
Esta fue la primera sanción que recibió Bastías en 5 años como efectivo penitenciario y vencía en el mes de enero, explicó Puertas, y agregó que "ahora su situación es mucho más comprometida porque hay pruebas irrefutables de lo sucedido con el traslado de la droga".
A esto hay que sumarle otros condimentos que podrían revelar una trama de complicidades en la Penitenciaria local y en Cacheuta donde estaba detenido el presunto jefe de la banda que distribuía y comercializaba la droga.
Chaleco y uniforme secuestrado
En ese sentido, Puertas explicó que "se abrió una investigación, donde no se descarta ninguna hipótesis, para saber si el chaleco que apareció en las fotos de los secuestros es de Bastías o de otro penitenciario" y añadió que "cuando lo suspendieron al efectivo le debían retirar el arma y el chaleco".
Marcelo Puertas
En ese marco explicó que "pudo haber una negligencia o no se lo retiraron a propósito y en ese sentido hay responsabilidad en los controles, por eso no descartamos que pueda haber más agentes penitenciarios involucrados o funcionarios de mayor rango".
En paralelo se investiga también los lazos que tejió Bastías con el detenido en Cacheuta y dijo que "seguramente fueron en forma virtual pero queremos saber quien hizo de intermediario para que se realice el contacto".
Aclaró que "no existen antecedentes de hechos similares de tanta gravedad e impunidad porque en el marco de un incumplimiento de la sanción que se le impuso de 60 días el agente incurrió en un hecho mucho mayor con una cantidad de droga que no pasó desapercibida".
Según Puertas, "el proceso administrativo durará entre 6 meses y un año, cabe la cesantía y en caso de condena la exoneración del efectivo penitenciario" y mencionó que "la semana que viene se lo va a indagar, estamos esperando tener acceso al expediente judicial que está bajo secreto de sumario, el agente tiene el derecho a defensa durante la investigación administrativa".
Y aclaró que Bastías "durante la suspensión pierde el estado penitenciario, no puede usar el uniforme, el chaleco y el arma que no sabemos si se la retuvieron y esta sería otra falta grave en los controles".
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