A través de un video publicado en sus redes sociales, el sacerdote Gabriel Romanelli, formado en el seminario de San Rafael del Instituto del Verbo Encargado y que dirige la iglesia de la Sagrada Familia de la Franja de Gaza, describió la situación crítica que se vive allí luego del bombardeo que el templo sufrió el jueves pasado en el marco de los enfrentamientos del Ejército israelí con la organización terrorista Hamás.
Padre Gabriel Romanelli frente la iglesia bombardeada
"Desgraciadamente la guerra sigue, hoy (por el domingo) hubo muchos muertos, incluso gente que estaba esperando ayuda humanitaria en el norte (de Gaza) donde hay mucha necesidad. No hay una cifra final, se habla de decenas de muertos. El calor es agobiante, hoy hizo 42 grados de sensación térmica y dicen que estos días va a seguir así".
Añadió que "ha habido más evacuaciones en distintos lugares de la Franja de Gaza y los bombardeos no cesan, incluso hemos tenido bombardeos cercanos con algunas caídas de esquirlas. Desgraciadamente hemos llegado a saber lo que significa lo que son las esquirlas, es algo que daña, hiere y mata".
El padre Gabriel Romanelli celebró una misa en su iglesia.
Es que los tres muertos y los heridos en la iglesia fueron resultado de la caída de metralla y escombros que cayeron sobre el patio del edificio parroquial.
El lugar, que incluye el templo, una escuela, un convento, un centro multifuncional y un edificio de las Misioneras de la Caridad, acoge a más de 500 personas, tanto católicos y cristianos ortodoxos como musulmanes.
Este domingo se celebró misa en la iglesia Sagrada Familia de Gaza.
El padre Romanelli destacó como positivo que, pese a la guerra, la actividad sigue en la parroquia, donde este domingo se celebró misa con la presencia del cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén. Además, habló de la recuperación de Nayif y Suhel, dos palestinos heridos en el bombardeo.
"La gente aún sigue en shock, se podrán imaginar que ha pasado poco tiempo, lo bueno que rezamos, cantamos, los niños tenían ganas de salir y cantar, se los veía en patio, se pusieron a jugar al fútbol".
Cerró pidiendo "que trabajemos todos para convencer al mundo que la paz es posible y necesaria".