El proceso dentro de la Iglesia Católica contra el ex obispo Carlos María Domínguez por denuncias de jóvenes mayores de edad que declararon haber sufrido tocamiento de sus genitales y propuestas sexuales sigue su marcha pero fuera del ámbito de la Diócesis de San Rafael.
En el marco del denominado "proceso canónico", la institución decidirá si es culpable de lo que se le acusa y, en caso de confirmarse, la decisión final recaerá en el Papa Francisco.
Esta investigación interna de la Iglesia comenzó el 3 de febrero cuando se recibieron las denuncias y, ante la gravedad de los hechos declarados, monseñor Domínguez decidió renunciar como obispo de San Rafael.
El vocero de la diócesis local, José Antonio Álvarez, comentó en diálogo con Info YA! que "el proceso fue iniciado ágilmente, con un gran cuidado de proteger a las víctimas y de reconocer el principio de inocencia. El proceso es reservado para que sea efectivo, pero no escondido", aclaró.
Explicó que "en todas las diócesis hay una ‘comisión de protección a los abusos a menores y personas vulnerables' que está formada por profesionales que pueden ayudar a quienes se presentan a denunciar abusos de todo tipo y contenerlos. Hay un integrante, que puede ser un laico o un sacerdote, que recibe la denuncia de modo formal".
En este caso fue un sacerdote que, haciendo un paralelismo con la justicia penal, "es una mezcla de fiscal y escribiente de una comisaría. Toma todos los datos, evalúa su gravedad y lo envía a una instancia superior", indicó el vocero.
En ese sentido, el padre Álvarez dijo que el trabajo realizado en San Rafael se completó y se elevó a otras instancias de la Iglesia Católica para que se desarrolle el proceso canónico. "A medida que se vayan dando los pasos, se van a dar a conocer, no se va a ocultar nada. Pero no antes porque eso embarra la cosa".
En caso que la Iglesia encuentre culpable a monseñor Domínguez de lo que se lo acusa, se le retirará el "estado clerical". Eso sí es una decisión que deberá tomar el Papa Francisco.
¿Dónde está Domínguez?
Si bien circuló la versión que el ahora ex obispo iba a viajar a Roma para defenderse ante la Santa Sede, descartaron esa situación.
Álvarez aseguró que no sabe dónde se encuentra Domínguez "pero es muy probable que esté dentro de Argentina, él no tiene por qué decirnos dónde está".
Aclaró que "la Iglesia tiene ‘sucursales' en todos lados, si él quiere defenderse de las acusaciones no hace falta que vaya a Roma, sino donde haya un obispado que lo escuche".
En cualquier diócesis puede presentarse a hacer su descargo, declaración o apelación, que luego será remitida a la instancia que lleva adelante el proceso canónico.
"El proceso lo hacen los 'jueces' que tienen que hacerlo, la decisión final es del Santo Padre".
En caso de necesidad de comunicarse con Domínguez, monseñor Marcelo Mazzitelli, actual administrador de la Diócesis de San Rafael, tiene forma de contactarlo. "Él no se ha ido a esconder a ninguna parte", manifestó el vocero.
Por lo pronto, el ex obispo no tiene denuncias radicadas en la Justicia Penal por el momento y, debido a que los hechos que se le atribuyen son presuntos abusos sexuales que son de instancia privada, sólo puede iniciarse una causa judicial con la denuncia de los afectados.
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