El 11 de enero una supertormenta inundó el Cañón del Atuel y dejó fuera de servicio a dos de las tres centrales hidroeléctricas del lugar. En la noche del 19 al 20 de marzo el Sur mendocino quedó a oscuras por casi nueve horas por el colapso del sistema eléctrico. El 27 de abril un sismo que sintió la mayoría de la población local nos recordó que vivimos en una zona donde puede haber un terremoto destructivo.
Son tres eventos ocurridos este año, en un lapso de apenas cuatro meses. No se trata de ponerse paranoico ni de entrar en pánico, sino de tomar conciencia de la necesidad de prepararse para afrontar las emergencias grandes, tanto a nivel individual como de comunidad.
La supertormenta de enero dejó fuera de servicio a las centrales 2 y 3.
Pablo Franciulli, comandante de los Bomberos Voluntarios de Salto de las Rosas, consideró en diálogo con Vibra FM (100.3) que, teniendo en cuenta "los acontecimientos que hemos tenido últimamente, en San Rafael nos falta un poco más de preparación".
El 27 de abril la tierra volvió a recordar que vivimos en una zona sísmica.
Ejemplificó que "el apagón restringió absolutamente todos los movimientos. Por suerte fue en un momento en el que estaban las familias reunidas en sus casas pero en horario escolar y laboral hubiera sido mucho más complejo", ya que "solamente ir a buscar un niño a la escuela requiere combustible en un vehículo y un apagón generalizado restringe el acceso al combustible".
En marzo San Rafael estuvo casi nueve horas sin electricidad.
Recordó que "las redes de telefonía celular cuentan con generadores de energía, al igual que el hospital y el aeropuerto, pero esos generadores tienen una autonomía de combustible. Después deben ir a buscarlo a las estaciones de servicio que también necesitan la energía. Entonces ¿tenemos estaciones de servicio con generadores para poder expender combustible? ¿tenemos reservas de combustible? Me imagino que la Defensa Civil provincial debe tener estos planes de contingencias".
Franciulli también se preguntó qué hubiera pasado si una lluvia como la que inundó al Cañón del Atuel se descargaba sobre la ciudad. Es un riesgo siempre latente en verano.
El 11 de enero el Cañón del Atuel se inundó con una super lluvia.
¿Estamos preparados para las contingencias?
Para el bombero es fundamental anticiparse a las emergencias y ejemplificó con algo de menor magnitud como el incendio de 1 de mayo en la chacarita de Los Sauces al 2000 en el que trabajaron los bomberos de Salto de las Rosas junto a su colegas policiales.
"Nosotros tardamos aproximadamente una hora y media porque no teníamos acceso a las bocas de agua que instaló en su momento Aguas Sanitarias (por distintos puntos de la ciudad). En un evento mayor sería mucho más complejo".
Por eso advirtió que es necesario preparar la infraestructura y elaborar planes para contingencias mayores.
Preparación familiar
Franciulli manifestó que, "sin generar psicosis, hay que empezar a prepararnos de alguna manera, charlarlo en familia, analizar qué tendríamos que hacer si sucede un acontecimiento grande, dónde nos encontramos, dónde quedan los niños, cómo tener acceso a agua potable. Si se corta la energía las bombas no van a poder bombear agua potable, las casas poseen tanques de agua pero sería una reserva sólo para consumo".
Instó a la gente a tomar conciencia y que "trate de arbitrar los medios necesarios para poder estar por lo menos en condiciones de afrontar una eventualidad como las que hemos tenido. No estamos especulando, ya ocurrieron en San Rafael y fueron este año. Es recomendable que se vayan preparando de a poco con lo que tengan y con lo que puedan".