En un clima de máxima tensión entre Javier Milei y Mauricio Macri, agravado por la caída del proyecto de Ficha Limpia, y un escenario inédito de atomización en la oferta electoral, el PRO intentará este domingo contrarrestar el avance de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas de la ciudad de Buenos Aires, una disputa por el electorado del centro hacia la derecha que le abrió al peronismo la posibilidad de un triunfo en un distrito que le fue muy esquivo en las últimas dos décadas.
Cuando el jefe de Gobierno, Jorge Macri, decidió desdoblar los comicios -el 2015 fue la última vez que se separó el calendario en la ciudad- en un intento por municipalizar la discusión, provocó el efecto contrario: transformó una elección a legisladores en una instancia decisiva para el sistema político, con trascendencia nacional y un impacto directo en la relación LLA-PRO.
El sprint final de campaña evidenció una escalada nunca antes vista en la relación entre el Presidente y el ex mandatario, que deberán resolver desde este lunes si se sientan o no a negociar un acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires para enfrentar juntos en octubre al kirchnerismo. Por la magnitud de la disputa porteña y las serias acusaciones cruzadas -"amarillos fracasados", achacó un Milei desencajado en el acto cierre del pasado miércoles-, esa instancia de negociación quedó suspendida a la espera del resultado de hoy.
Los Macri anunciaron el desdoblamiento con el argumento formal de la municipalización del debate electoral. En realidad, lo hicieron para tratar de preservar el distrito emblema que el PRO gobierna ininterrumpidamente desde el 2007 del avance de la LLA, y contener la crisis partidaria. Javier y Karina Milei definieron entonces confrontar al ex presidente y al jefe de Gobierno, postularon a Manuel Adorni como cabeza de lista, un candidato muy conocido y bien identificado con el proyecto libertario, y Milei se involucró de lleno en la campaña, con fuerte presencia en las últimas dos semanas. Una apuesta audaz, y agresiva: de la performance de este domingo dependerán, en buena medida, las alianzas a futuro y la estrategia en el armado de la Secretaria General de la Presidencia, en particular en territorio bonaerense, donde últimamente cruje la interna con el sector que lidera Santiago Caputo.
En las elecciones ejecutivas del 2023, Jorge Macri alcanzó el 49,67% de los votos; Leandro Santoro, el principal candidato del peronismo este domingo, el 32,27% de los votos, y Ramiro Marra, ahora enfrentado al gobierno, el 13,78%.
En esa elección, el PRO todavía era parte de una coalición de partidos con la UCR y la Coalición Cívica, que ahora presentaron listas por separado, y La Libertad Avanza aún no había podido hacer demasiado pie en un distrito dominado por la hegemonía histórica del macrismo.
La suspensión de Milei de su viaje a Roma para la coronación del Papa León XIV desencadenó todo tipo de especulaciones. Sumado también a la atomización electoral, a los indecisos y al voto útil, y al antecedente de las primeras cinco elecciones del año -Santa Fe, Chaco, Jujuy, Salta y San Luis-, en las que se registró un notorio aumento de ausentismo. La muy caliente disputa entre el gobierno y el PRO, azuzada por las durísimas acusaciones por el traspié de Ficha Limpia -"los argentinos te creyeron a vos, Silvia", dijo Macri en el acto de cierre del jueves-, y el involucramiento de Milei en la campaña de Adorni aportaron en las últimas horas una cuota de incertidumbre en torno al impacto que podría haber tenido en estos días, y la posibilidad de haber torcido la balanza hacia uno u otro lado.
Para los Macri, el desafío es crucial. El ex presidente, que se paseó como nunca en las últimas semanas por los medios de comunicación con un discurso algo errático y de abierta confrontación con Milei, es consciente de que de esta elección depende gran parte de su futuro político, y que un resultado magro puede inaugurar una diáspora de dirigentes supuestamente afines, en especial en territorio bonaerense, hacia las puertas de La Libertad Avanza. Por el contrario, una buena performance, por encima del gobierno, puede darle algo de oxígeno frente a la guerra fría planteada por la Casa Rosada.