Este domingo cuatro distritos irán a las urnas, en una acelerada del calendario electoral que tuvo su punto de largada el mes pasado en Santa Fe. Salta, Jujuy, San Luis y Chaco tendrán contiendas locales.
Una previa de la elección más "nacionalizable" de este primer tramo de comicios desdoblados: las elecciones porteñas, que tuvieron esta semana un punto de inflexión en la campaña, tras la caída del proyecto Ficha Limpia en el Congreso Nacional.
En tres de las batallas de este domingo, en Salta, Jujuy y San Luis, prima una lógica local, con armados de los gobernadores pensados en el pago chico, con transversalidad ideológica y partidaria.
El salteño Gustavo Sáenz y el puntano Claudio Poggi buscarán sostener la hegemonía local con frentes provincialistas, que seguramente se desdibujarán para octubre. En ambos distritos creen que los mandatarios serán prescindentes para las nacionales, ya que sus armados contienen a dirigentes de todas las tribus.
El jujeño Carlos Sadir, en tanto, se volvió a unir al PRO y se esperanza en la fragmentación opositora para sostener una gestión del radicalismo que, en la continuidad de Gerardo Morales, empieza a mostrar signos de desgaste.
Por eso, de las cuatro contiendas del domingo, la de Chaco es la que contiene más condimentos para mirar como un ensayo hacia octubre. En primer lugar, porque el gobernador Leandro Zdero, también radical, impulsó una sociedad con La Libertad Avanza; un hecho que hasta ahora no intentó ninguno de sus pares dialoguistas, pero que podrán imitar si la alquimia resulta. Por un lado, a los libertarios no los desvelan las lecciones provinciales.
Por otro, no tienen candidatos fuertes en el territorio. Los gobernadores no peronistas, en tanto, saben que comparten electorado con Milei, y que una boleta violeta en el cuarto oscuro solo les parte el voto.
Lo vivió incluso Maximiliano Pullaro en Santa Fe, donde si bien ganó, lo hizo por un menor porcentaje que en 2023: esas adhesiones (que tampoco son tantas) saltaron a LLA. Los libertarios, acostumbrados a forzar los hechos para el lado que les conviene, podrán mostrar una victoria el domingo a la noche, aunque no dirán que fueron actores de segundo orden. El escenario chaqueño tendrá un segundo round en octubre, cuando se dispute la renovación de senadores nacionales.
En esa provincia se dará otra particularidad: así como en CABA, que votará una semana después, hay una fragmentación con 17 listas, con socios naturales que se dividieron para medir fuerzas -acaso para volver a unirse más adelante, ya con la etiqueta del precio-, en Chaco se dio el caso opuesto. Una compulsa polarizada entre esa alianza UCR-LLA (que incluye también al PRO) y el peronismo, que logró la unidad encabezada por el exmandatario Jorge Capitanich.
El PJ está intervenido en Salta y Jujuy. En el primer distrito, buena parte de los dirigentes están dentro del armado provincial de Sáenz, cuestionado por Cristina Kirchner por colaborar con Milei en el Congreso. En el segundo caso, surgieron dos listas que no responden a la intervención: la más importante, la de la senadora nacional Carolina Moisés, que creó el frente Somos Más.
En San Luis el PJ también va dividido, pero con hegemonía del frente de Alberto Rodríguez Saá, que intentará recuperar protagonismo. Su hermano Adolfo volvió a plegarse a Poggi, como en 2023. No se suturó la pelea de los hermanos que dominaron la política puntana desde el retorno de la democracia.
El nuevo actor que emerge este año, LLA, no participará oficialmente en San Luis, aunque hay dirigentes que se arrogan la representación de Milei en el distrito. Pero, lo cierto, es que no tienen la venia de la Casa Rosada. En tanto, en Jujuy así como en Salta aparecerá la lista violeta en el cuarto oscuro. Hay una coincidencia, aparecen nóminas "liberblue" para partirles el voto: dos en Jujuy y una en Salta, con episodios en la Justicia respecto al uso de colores, de nombres y de leones. El "efecto Marra" que se propagará en cada comicio.
Fuente: Ambito Financiero