El Tribunal en lo Criminal N°4 de Lomas de Zamora condenó al sacerdote Daniel Amado Martín Bustamante a 9 años y medio de prisión. Lo encontró culpable de haber violado a una chica que tenía 17 al momento de iniciados los abusos, en 2018. Durante la investigación y el juicio, el religioso sostuvo, sin ponerse colorado, que habían sido novios. Pero los jueces hicieron un especial hincapié en la imposibilidad de que haya habido consentimiento por parte de la víctima. También destacaron cómo utilizó su rol de cura para ejercer control sobre ella. Eso fue la piedra basal de la condena.
La sentencia en la que se lo halló culpable de múltiples hechos de abuso sexual gravemente ultrajante, agravados por su condición de ministro de un culto y perpetrados en un contexto de violencia de género; determinó que el acusado utilizó su posición de sacerdote para someter a la víctima.
Los magistrados Marcelo Hugo Dellature, Lidia F. Moro y Darío C. Segundo hablaron de un patrón de manipulación psicológica, abuso de poder, administración de sustancias y coacción emocional.
El calvario de la víctima comenzó allá por 2018, cuando Bustamante oficiaba en la Catedral de Lomas de Zamora, lugar al que la adolescente de 17 años asistía regularmente.
Según el fallo, Bustamante se aprovechó su rol de guía espiritual para generar un vínculo de dependencia con la chica. Ella confiaba en él y el sacerdote, en reiteradas oportunidades, la sometió a tocamientos en los pechos y en la zona íntima.
Pero no se frenaría allí el cura, sobre todo porque la víctima no tenía la capacidad de resistirse, debido a la relación de poder que existía entre ambos, la manipulación psicológica a la que la sometió y la vulnerabilidad en la que se encontraba la chica, según el tribunal.
El 9 de enero de 2018, por ejemplo, Bustamante la invitó a almorzar en la Catedral. Aprovechó que los demás sacerdotes estaban de vacaciones. Durante la comida, le suministró grandes cantidades de alcohol y, posteriormente, le ofreció una pastilla: clonazepam.
Con la víctima en un estado de semiinconsciencia, la llevó a su habitación y la violó. La chica despertó con dolor en la zona genital, sin recordar completamente lo ocurrido. A la mañana siguiente, el cura volvió a darle una pastilla, y le dijo que la ayudaría a "tranquilizarse".
El tribunal consideró que los actos de Bustamante constituyeron un abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal, agravado por su rol de ministro de un culto y por haberse cometido en un contexto de violencia de género.
Además de la pena de prisión de casi diez años de los cuales lleva apenas uno detenido, el tribunal ordenó que Bustamante sea anotado en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos contra la integridad sexual y en la División de Condenados por Delitos Contra la Integridad Sexual del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
La defensa del sacerdote, a cargo de Lino Gauto Cardozo, confirmó a este medio que apelará el fallo.