Va tomando fuerza la hipótesis que el mendocino Ignacio Lucero y los pampeanos Raúl Espir y Sergio Berardo murieron congelados por un intenso viento frío cuando retornaban de la cima del Cerro Marmolejo.
La temperatura en el lugar era de 34 grados bajo cero de sensación térmica y el punto de congelamiento de sólo 11 minutos. Además, se cree que habrían sido alcanzados por una fuerte ráfaga de viento conocido como "el latigazo del diablo", que le provocó la muerte casi inmediata.
Según informó el Diario Uno, "la teoría surgió luego que los rescatistas vieron cómo habían quedado los cuerpos a 5.900 metros de altura. La posición no era la habitual a cuando un andinista sufre de un agotamiento extremo o mal agudo de montaña y muere, sino que estaban estirados, como si hubiesen intentado escapar de algo".
Añadió que "todo indica que tras cumplir su objetivo de llegar a la cumbre, comenzaron el descenso y poco antes de llegar al lugar de partida murieron como consecuencia de las adversidades meteorológicas de esa altura y ese cerro".
María Fernanda Martínez, esposa de "Nacho" Lucero, que se encuentra en Chile (por ese lado bajaron los cuerpos desde esta montaña que está en el límite entre ambos países) para tramitar la repatriación, confirmó al diario capitalino que "vino una ráfaga que le dicen ?latigazo del diablo' y los congeló. Nacho intentó salvarse porque lo encontraron estirado, si hubiese estado en posición fetal, acurrucado, era porque se dejó morir".
Por su parte, el reconocido meteorólogo Maximiliano Viale, quien es investigador en Ciencias Atmosféricas del Ianigla, Conicet, posteó en su cuenta de Twitter: "Temporal de mal tiempo con sensación térmica de -34°C y tiempos de congelamientos de 11 minutos previo a los decesos de los andinistas en el cerro Marmolejo a 6.000 metros de altura. Valores normales en la cima del Everest".