Faustino Oro, un niño argentino de 10 años que venía mostrando gran habilidad en esta disciplina, sorprendió al derrotar al número 1 del mundo, el noruego Magnus Carlsen, en una partida ultrarrápida (a un minuto por jugador) disputada el fin de semana en el marco del circuito de torneos Bullet Brawl que semanalmente se lleva a cabo por Internet en el sitio Chess.com.
A pesar de la brevedad del tiempo y la velocidad del juego en esta competencia, que reunió a destacados maestros del ajedrez de todo el mundo, Faustino logró capitalizar los errores de Carlsen para asegurar una victoria histórica en 48 movimientos.
Faustino Oro y Magnus Carlsen, número 1 del mundo en ajedrez.
"Estoy muy contento; una gran alegría para mí porque nunca había jugado contra él", dijo el pequeño al que la prensa española bautizó "El Messi del ajedrez" tras su victoria en el primer enfrentamiento ante Carlsen en su breve pero electrizante carrera.
Este no es el primer logro destacado del joven ajedrecista. En el Mundial de partidas rápidas de 2023, impresionó a muchos al ganar tres partidas, incluyendo una contra un gran maestro, y empatar dos, demostrando su habilidad excepcional incluso frente a oponentes más experimentados.
Aprendió en la cuarentena
El niño aprendió a jugar al ajedrez hace sólo cuatro años junto al comienzo de la pandemia por el COVID-19. "Fausti empezó a mover las piezas en mayo del 2020, en plena pandemia, a través de tutoriales de YouTube. El papá le mostró un tablerito y después, a través de los videos, Faustino comenzó a entusiasmarse con el ajedrez", recordó en el portal Perfil.com Jorge Rosito, su entrenador.
"El padre de Faustino me contactó en septiembre, y concretamente el 4 de septiembre de 2020 le di su primera clase. Él tenía 6 años en ese entonces", añadió.
Faustino aprendió ajedrez a los 6 años, en plena cuarentena por el Covid-19.
Alejandro, papá de Faustino, comentó a Infobae que su hijo toma "12 horas de clases semanales con profesores especializados" pero además "Fausti dedica una cantidad interminable de horas a ver videos, aprender estrategias nuevas y a entrenar. A esto hay que sumarle todas las partidas que juega por pura diversión: la última semana jugó cerca de 200 partidas, son más de 20 horas".
No obstante, su familia busca un equilibrio entre la pasión del niño por el ajedrez y que lleve un crecimiento de infancia con vida normal, concurriendo al colegio y socializando con sus pares.
