El 30 de octubre fue una fecha más en la Argentina hasta 1960, cuando Dalma Salvadora Franco -Doña Tota- dio a luz en Lanús a Diego Armando Maradona, quien sería el mejor futbolista de todos los tiempos. Este miércoles, el Pelusa cumpliría 64 años y es el cuarto aniversario sin él en vida, cuya llama se apagó tristemente hace 1.435 días.
Ni las 30 mejores y más importantes, ni las 30 peores o más escandalosas: esta es una recopilación de pequeñas o grandes historias de quien mejor supo representar a la Argentina con una pelota en los pies, elegidas por TyCSports.com para repasar distintos momentos de su camino con miles de idas y vueltas, ese que ninguna película alcanzaría a contar por completo. El 30/10, 30 del Diez.
Maradona tenía 15 años, once meses y veinte días el 20 de octubre de 1976. Aquella fue una jornada histórica para el fútbol argentino y mundial: fue el debut en Primera División, en un partido entre Argentinos y Talleres. Qué le pidió el técnico, cómo fue el histórico primer túnel, la puteada del rival y la respuesta del joven Pelusa. Una historia imperdible
"Diego estaba listo para ir. Fue una oferta real, de alrededor de 400 mil libras por él y Carlos Fren. Hasta estaban reservados los pasajes de avión", recordó en una entrevista con The Sportsman el escritor John Ludden. ¿De qué equipo hablaba? Del Sheffield United, que finalmente se llevó a Alejandro Sabella.
El propio Diego eligió el mejor gol de su carrera y no, no fue contra Inglaterra. Fue contra Deportivo Pereira, en una gira que realizó Argentinos Juniors por Colombia en 1980. 33 años más tarde, en 2013, apareció el video. ¡Qué golazo!
Los dos mejores futbolistas del Siglo XX pasaron del odio al cariño constantemente. Un repaso por sus encuentros y desencuentros, del "debutó con un pibe" al "hola, Negro querido, ¿cómo estás? ¿Vas a venir? ¡Te quiero ver!".
Pelusa se enfrentó con la dirigencia en 1983. Una historia desopilante del libro Yo soy el Diego: "¿Así que el presidente no quiere dar la cara? Yo voy a esperar cinco minutos... Si no me dan el pasaporte, todos estos trofeos que están acá, que son divinos, que son de cristal, los voy a tirar uno por uno".
El primer partido de Maradona en Italia fue 0-0 contra el Millonario, que tenía en su plantel a figuras como Norberto Alonso y Enzo Francescoli. Hubo varios detalles imperdibles: fuegos artificiales, un trapo del Xeneize en los comando ultra y un gol anotado con la mano que fue anulado por el árbitro.
Fue el Diez quien eligió su actuación contra Uruguay en 1986: ganador de "todas las divididas", pegó un tiro libre en el travesaño y le anularon ¿mal? un gol que lo hubiera dejado como el máximo anotador del Mundial.
Aquel partido de cuartos de final de México 86, del que hoy se se cumplen 35 años, se jugó primero en el pie y la mano del ídolo y, diez años después, en su lengua. Cuando la biología empezó a hacerle difícil la construcción de épica con las piernas, Diego comenzó a alimentar la leyenda del Azteca con palabras, como si le pusiera subtítulos a su obra.
Fue tan inesperado que muchos no lo creyeron y el estadio no se llenó: el flamante rey del fútbol pasó de jugar la final de México 86 contra Alemania a un amistoso benéfico en Córdoba entre Belgrano -entonces en la B- y Vélez, recién anunciado dos días antes.