La muerte a los 87 años del italiano Nino Benvenuti, uno de los más grandes rivales de Carlos Monzón, toca muy de cerca al boxeo argentino. Fue Benvenuti a quien noqueó Monzón en el 12º round el 7 de noviembre de 1970 en el Palazzo dello Sport de Roma cuando le ganó el título mundial de los medianos. Y con quien el santafesino hizo la primera defensa de su corona, el 9 de mayo de 1971 en Montecarlo, venciéndolo por abandono en el tercer round.
La muerte a los 87 años del italiano Nino Benvenuti, uno de los más grandes rivales de Carlos Monzón, toca muy de cerca al boxeo argentino. Fue Benvenuti a quien noqueó Monzón en el 12º round el 7 de noviembre de 1970 en el Palazzo dello Sport de Roma cuando le ganó el título mundial de los medianos. Y con quien el santafesino hizo la primera defensa de su corona, el 9 de mayo de 1971 en Montecarlo, venciéndolo por abandono en el tercer round.
Esa fue la última pelea del gran campeón italiano, uno de los mejores de la historia de su país, que además obtuvo la medalla dorada de la categoría welter en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960 y como profesional, fue campeón del mundo mediano junior (1965/66) y mediano (1967/70) con un record de 82 victorias, 35 antes del límite, siete derrotas y un empate.
Más alla de la rivalidad deportiva, con el correr de los años, Benvenuti, nacido en Isola D' Istria (Trieste) el 26 de abril de 1938, y Monzón se hicieron buenos amigos. Varias veces se reencontraron en la capital italiana, cada vez que el campeón argentino pasaba por allí, para compartir entrevistas televisivas y cenas privadas. Y cuando Monzón cayó preso por el femicidio de su esposa Alicia Muñiz, en 1988 Benvenuti viajó especialmente a verlo en la cárcel de Batán.
Llegó a ser tal la fama de Benvenuti, que tambien tuvo una carrera cinematográfica a finales de los años 60 como actor de los llamados "western spaghetti", películas sobre cowboys que se filmaban en Italia a bajo costo. Su muerte enluta al deporte italiano pero también convoca al recuerdo de los argentinos mayores para los cuales el nocaut que Monzón le provocó en 1970 sigue siendo un hecho deportivo imborrable.