Cargando...La escudería Alpine atraviesa una de sus peores campañas desde su regreso a la Fórmula 1 bajo este nombre en 2021. Con apenas 11 puntos en lo que va del campeonato, todos aportados por Pierre Gasly, en Bahréin (6), Sprint de Miami (1) y España (4), el equipo no solo ocupa el último lugar en el Mundial de Constructores, sino que expone las debilidades de un proyecto que prometía más. En este contexto, el más perjudicado es Franco Colapinto, quien volvió a competir en la categoría en medio de un panorama difícil y con un auto que no responde.
El pilarense debutó esta temporada en Imola, la séptima fecha del calendario, sin haber hecho pretemporada ni sumado kilómetros significativos con el auto, y mientras que sus compañeros y rivales acumularon experiencia en Bahréin durante las pruebas oficiales, Franco debió conformarse con sesiones de test con autos antiguos (TPC), lo que limita su adaptación al ritmo de carrera y al manejo de situaciones complejas en pista. El salto al A525 en Italia fue abrupto, sin una fase previa de adaptación adecuada.
En las carreras que disputó, los problemas técnicos fueron moneda corriente; en España, por ejemplo, sufrió un principio de incendio en el motor durante los entrenamientos del viernes, una falla en la transmisión que lo dejó sin opciones en clasificación y un comportamiento errático del auto durante el domingo. Aun así, logró avanzar posiciones en la largada, esquivó un toque con Carlos Sainz (Williams) y superó a Esteban Ocon (Haas) sobre el final, para terminar 15°. Sin embargo, quedó claro que su potencial está condicionado por las falencias del coche.
A nivel interno, la estructura del equipo también tambalea; la salida del director Oliver Oakes, tras el escándalo judicial de su hermano, dejó a Flavio Briatore como figura fuerte. Aunque no lleva el título de jefe de equipo, toma decisiones clave. El histórico dirigente italiano no ocultó su descontento y calificó de "decepcionante" la jornada de Colapinto en el GP de España. Sus palabras reflejan la presión que vive Alpine.
El contraste entre los dos pilotos también es evidente. Gasly, con siete temporadas en la F1 y más de 160 GP corridos, tiene un conocimiento más amplio del auto y del equipo, su experiencia le permite adaptarse mejor a las condiciones. En cambio, el pilarense de 22 años apenas suma 12 carreras en la categoría, sin haber completado nunca un calendario completo, la diferencia de rodaje se nota en los tiempos, en la gestión de los compuestos y en la lectura estratégica de las pruebas.
También se debe tener en cuenta que el vínculo de Franco con su ingeniero de pista, Stuart Barlow, aún está en construcción; no es solo su trabajo con el auto sino con los demás integrantes de la escudería, a diferencia de su etapa en Williams en 2024, que si bien debutó en la fecha 15 promediando septiembre, ya conocía la estructura desde 2023 y trabajaba en el simulador. En Alpine, todo es nuevo.
Aunque se había anunciado que el argentino tendría cinco fechas aseguradas, Briatore dejó entrever que su continuidad depende del rendimiento. Si bien Franco demostró templanza y autocrítica -"Hay mucho por aprender", dijo tras la carrera-, el entorno no parece ofrecerle garantías ni condiciones estables para evolucionar.
La gran incógnita es si Alpine podrá revertir este momento oscuro. La temporada apenas empieza pero si el equipo no mejora la fiabilidad del monoplaza, no solo seguirá en el fondo de la tabla, sino que podría hipotecar el futuro del argentino, quien por ahora hace lo que puede, en un escenario que le pone más trabas que ventajas.
