Cargando...Vivir es como tratar de encajar las piezas de un rompecabezas. Las tenemos todas frente a nosotros, pero para armar la figura hay que detenerse y elegir la correcta. Hay puzzles muy difíciles y hay otros que se forman en un momento.
Cada paso es una oportunidad -o una pieza- por eso cada elección que hacemos se transforma en la posibilidad de modificar el entorno que buscamos.
Podemos elegir la forma de mirar la realidad que nos circunda. Si vemos inseguridad percibiremos miedo. Si sólo percibimos enfermedad notaremos que todos están mal. Si nos permitimos la belleza la encontraremos en las simples cosas que nos rodean.
Todo está al alcance de la mano. Todo es una oportunidad y un compromiso, pero no con los otros sino con nosotros. Porque no hay quien viva y sienta la vida desde nuestras entrañas. Y nadie que nos explique lo que duele el dolor de las cosas que nos pasan.
No se puede manifestar lo que es la felicidad porque cada uno es inventor de la propia dicha.
Tenemos que jugarnos por ganar, no un partido ni un centavo. Por ganar la única vida que nos ofrece el tiempo presente. Desde el lugar y con el sentimiento que nos quepa en el alma, aceptando las luces y las sombras de nuestras acciones y nuestras emociones.
Todo puede mejorar. El tiempo es un gran sanador. Entenderlo es una manera de amar las oportunidades que nos ofrece. Si las perdemos, también es nuestra elección y habrá que volver a mirar las piezas para encontrar la forma de seguir adelante.
