Carla Satoferrara y Camilo Gómez son una pareja de percusionistas, músicos, productores, gestores culturales, profesores y directores del espacio cultural la Casa del Tambor/Casa Limón que está ubicada en calle Bombal 148 y nos abrieron las puertas para hablar sin miedos de la cultura, el arte, la falta de oportunidades y un proyecto que aspiran obtener para las Casas Culturales de San Rafael.
Al comenzar la entrevista contaron a InfoYA! que Camilo proviene de una familia de artistas de Santa Fe "a los 6 años tuve mi primer acercamiento a través de una murga que iniciaron mis viejos, y a los 19 años creó junto a sus amigos la Escuela de Percusión de la Ciudad de Santa Fe llamada La Percutida" nos comenta.
Carla por su parte, oriunda de Buenos Aires, desde los 15 años participa en espacios autogestivos relacionados con el arte. A su llegada a San Rafael "siempre estuve organizando movidas culturales desde el 2009. En el 2017 llego el candombe afrouruguayo en un momento en el que estaba un poco perdida y buscando en donde refugiarme y ahí lo encontré y nunca más lo solté, su lenguaje me permitió construir comunidad, hablar otros idiomas y sobre todo conocer la familia desde el tambor".
¿Qué tiene que transmitir un percusionista al público?
La percusión para los pueblos de los ritmos madre -África- es un lenguaje, una costumbre, como para nosotros lo es el mate y a su vez es una excelente herramienta para desarrollar muchas capacidades que hoy, el uso de las redes sociales y el encierro al que nos lleva un poco la vorágine no nos permiten desarrollar de manera adecuada, como por ejemplo la creatividad. Es un lenguaje vivo y quien este ejecutando un instrumento percutivo, debe tener la capacidad de transmitir la energía, el respeto hacia el tambor, un instrumento bastante denigrado racial y clasistamente, pero que tiene la responsabilidad de transmitir el respeto de sus orígenes y el fuego que el lenguaje vivo de la percusión tiene.
¿Compones también?
Camilo: Si compongo y produzco canciones, en este momento componiendo para mi banda La Calma Reggae y produciendo y acompañando las canciones de varios músicos locales.
¿Cómo es ser una mujer percusionista?
Carla: Ser una mujer en el ambiente de la música ya es difícil de por sí, el poder y los privilegios masculinos que se arrastraban históricamente están centrados en el conocimiento y en el poder que el conocimiento nos da para gestar, organizar, producir, tocar, etc. Históricamente las funciones públicas, entre ellas el arte, estuvieron relegadas a los hombres y hoy en día también se arrastra ese peso histórico. Los espacios se cierran, quienes deberían representarnos desde el ámbito musical nos hacen un vacío enorme y se niegan a debatir estas violencias sistemáticas en las que vivimos y trabajamos, la subestimación hacia la presencia femenina es constante (un hombre siempre lo va a hacer mejor). En San Rafael específicamente hay muchos proyectos que pueden incorporar la percusión y en la mayoría de los casos los pocos percusionistas que hay en la ciudad trabajan en más de una banda, cuando ese trabajo se podría diversificar y llegar a generar un ingreso en la mesa de mujeres y disidencias. O sea, no es fácil.
¿Cómo surgió la Casa del Tambor?
La Casa del Tambor surgió como una necesidad propia de empezar a construir un espacio en donde podamos desarrollar nuestra tarea en un lugar adecuado a lo que nuestro trabajo nos demanda. Camilo tuvo varios proyectos similares en la ciudad de Santa Fe. Empezamos a tener una demanda de clases de percusión que termino en un espacio cultural, que luego tuvo demanda de parte de los artistas ante la falta de espacios culturales que contengan y garanticen un cuidado y reconocimiento al trabajo de los músicos principalmente que es el rubro en el que nos manejamos y así en estos dos años se fue construyendo La Casa del Tambor/Casa Limón y esta temporada vamos a abrir nuestro espacio a otras disciplinas artísticas.
¿Qué objetivos persigue?
La Casa del Tambor es una Escuela Integral de Percusión que se propone el estudio de la música de manera integral, a través de la construcción de un espacio preparado física y pedagógicamente para tal fin. Abordamos a la percusión mediante talleres, clases particulares, encuentros culturales grupales, proyección de documentales, análisis históricos y charlas; siempre tratando de ampliar y aportar herramientas para abordar, estudiar y analizar el ritmo y la música. Aparte del trabajo anual en nuestro espacio físico también recorremos distritos, provincias, países e instituciones haciendo talleres que ofrezcan a la percusión como una herramienta más del trabajo, la organización y la expresión colaborativa que nos brinda esta expresión artística desde tiempos prehistóricos a los grupos sociales.
¿Cómo ha respondido el sanrafaelino a la propuesta?
Tenemos grupos y personas que nos acompañan. Pero queremos aprovechar esta oportunidad para invitar a toda la comunidad sanrafaelina a abrir su consumo a la cultural local, artística, a que apoye el sostenimiento de los espacios culturales que son creadores vivos y activos de la identidad sanrafaelina. El recibimiento en el ambiente musical fue muy bueno, pero queremos y necesitamos por una decisión de política cultural llegar a más gente e invitarlas a que al menos prueben y conozcan a la comunidad del tambor y sus múltiples herramientas favorables para la salud, la educación emocional, y la construcción de comunidad. ¡Vengan que la Casa del Tambor los está esperando!
¿Quiénes pueden acercarse?
Todas las personas que tengan de 11 a 99 años de edad y quieran disfrutar de un recital, una obra, un taller o necesite ensayar con su banda, porque somos una sala de ensayo también.
Hay una propuesta interesante de acercar el trabajo de las casas culturales. ¿Cómo será y cuándo?
Sí ese proceso comenzó hace algunos meses con una propuesta de unión de los espacios culturales impulsada por La Casa del Tambor, en el marco de la nueva carta magna de la municipalidad que se comenzara a debatir en febrero. Es importante trasmitir a los políticos que los espacios culturales estamos en una situación de total abandono y desamparo legal, no hay un marco jurídico que nos cuide, nos acompañe, nos sostenga o nos de algún beneficio que nos facilite el sostén de estos espacios, los cuales acá se los juro y firmo, nadie se hace rico teniendo un espacio cultural, pero si tiene la mente más tranquila sabiendo que está haciendo un aporte constante a construir una sociedad más creativa, juste e igualitaria.
¿Cómo van a gestionar los intercambios?
De ese encuentro surge la necesidad de apoyo entre los espacios. El primer intercambio que haremos será con La Casa Roja, un espacio con el cual sin saberlo encontramos muchas coincidencias principalmente en la forma de concebir y plantearnos nuestro trabajo cultural hacia nuestro querido San Rafael. El primero fue la visita de Casa Roja en nuestra Casa el 29 de noviembre y el próximo encuentro será a la inversa el sábado 6 donde visitaremos Casa Roja -Braña 890- con un espectáculo de Música Afroamericana a cargo de nosotros, Camilo Gómez y Carla Santoferrara.




