Un día es mucho más que las horas y sus minutos, es la oportunidad de construir el presente en el que indefectiblemente vivimos.
Desde el instante cero de nuestra creación, el tiempo nos acompaña en forma de días y de años y en el proceso, el mundo pierde los límites y los transforma en una excusa.
Todo lo que vivimos tiene un sentido y todo lo que padecemos también. A veces nos enredamos en el desencanto y olvidamos que podemos volver a empezar y que la felicidad se construye de a momentos.
Nadie puede escribir nuestra historia, ni bailar nuestro baile, ni vivir nuestra vida. Sin importar la edad, el poder para vivir como "queremos" está ahí, esperando para emerger, proteger y dirigir los pasos.
La felicidad es nuestro derecho, a veces olvidado, pero siempre a la espera de que lo reclamemos. El "gran día" puede ser hoy.
Por Susana Platero