Un médico recorre la Patagonia concientizando sobre salud y ambiente a través de la música

César Berenstein hizo más de 7800 kilómetros ofreciendo charlas, controles sanitarios y espectáculos en comunidades con poco acceso a la información.

El doctor César Berenstein recorre la Patagonia con su guitarra en mano, llevando mensajes de salud y cuidado ambiental a través de la música. Con su iniciativa "Los Guardianes del Botiquín", combina su profesión como cardiólogo con su pasión por el arte para transmitir información clave sobre la prevención de enfermedades cardiovasculares, en ocasiones, causadas por los incendios.

"Desde hace años, cuando vivía en Ushuaia, quise interactuar con la comunidad para fomentar hábitos saludables, el cuidado de la salud cardiovascular y la protección del ambiente", relata Berenstein.

Sin embargo, la tarea no fue fácil. "Hablarle a la comunidad de enfermedades y muerte, aunque sea desde la prevención, genera ansiedad y temor. Por eso busqué una alternativa para que la gente se fuera de nuestras reuniones contenta y divertida".

Inicialmente, probó haciendo stand up, pero pronto descubrió que el humor no siempre era bien interpretado por todos los públicos. Fue entonces cuando surgió la idea de componer canciones. "Al ver que la gente volvía a casa tarareando las letras, entendí que había encontrado el camino correcto", cuenta a TN.

Con el tiempo, sumó a su equipo al músico Marco Duarte y a su hijo menor, Benjamín, quien lo acompaña en sus giras desde los ocho años. Juntos, recorrieron más de 7800 kilómetros por la Patagonia, visitando ciudades y pequeños pueblos con acceso limitado a información sanitaria.

Una información clave, teniendo en cuenta que, tal como explica Berenstein, "la contaminación del aire es responsable de alrededor de siete millones de muertes al año en todo el mundo, y no solo causa problemas respiratorios. También está directamente vinculada al desarrollo de enfermedades cardiovasculares como infarto de miocardio, ACV, hipertensión y diabetes".

Las giras de "Los Guardianes del Botiquín" combinan charlas, controles de salud y espectáculos musicales. "Hemos visitado comunidades mapuches como Pilquiniyeu del Limay, donde controlamos la presión arterial, interrogamos sobre hábitos de alimentación y realizamos electrocardiogramas", detalla. "Luego cerramos con música para que la experiencia tenga un final de fiesta".

Es que Berenstein lleva su vocación al máximo al componer canciones que mezclan humor y educación en salud. "Se viene la Chaqueta", por ejemplo, advierte sobre un insecto parecido a una avispa cuya picadura puede causar reacciones alérgicas. "Aire Libre" enfatiza la importancia de reducir las quemas para prevenir enfermedades cardiovasculares, y "Manitos sucias de tierra" promueve la agroecología y el cultivo familiar de alimentos.

Las respuestas del público han sido diversas. "Hemos dado charlas para una sola persona en el patio de una casa y también hemos tocado en festivales con cientos o miles de asistentes", cuenta el médico. "Nunca suspendemos una presentación: aunque solo haya una persona, merece escuchar lo que venimos a contar".

Uno de los aspectos más significativos del proyecto es la inclusión de elementos culturales locales. "Después de visitar comunidades mapuches, incorporamos instrumentos como el kultrún y la trutruka", dice Berenstein. "Como el kultrún es un tambor ceremonial, pedí permiso para usarlo. Me dijeron que, como hablaba del cuidado de las personas y del ambiente, temas alineados con su cosmovisión, no les parecía mal que lo utilizara".

Actualmente, están preparando su séptima gira, que los llevará desde El Bolsón hasta Las Grutas, atravesando la montaña, la estepa y el mar. "No tenemos apoyo económico; todo sale de nuestro bolsillo. Si en algún lugar no hay posibilidad de alojamiento, dormimos en bolsas de dormir", explica Berenstein. "Lo que nos empuja es la vocación, la satisfacción de ofrecer lo que sabemos a quienes tienen poco acceso y compartir un momento de alegría".

El impacto de su misión trascendió las fronteras de la Patagonia. "Uno de mis sueños era compartir esta actividad en otros países, y el año pasado lo cumplí en un festival en Magnago, Italia, donde tuve que aprender mis canciones en italiano", cuenta.

También llevó su método a un foro de médicos latinoamericanos en Guatemala. Su próximo desafío es expandirse a más rincones del país y sumar músicos reconocidos a su causa. "¿Se animará algún artista a cantar conmigo para ayudar a difundir estos mensajes?", se pregunta con entusiasmo.