Más allá de los padres

No somos nuestros padres, pensaba, mientras alguien recorría el recuerdo de ellos en una charla, o sí, de algún modo, porque su sangre recorre nuestra esencia, pero si nos quedamos atrapados en el ayer de ellos, será muy difícil crear el hoy de nosotros.

Nuestros padres tienen que ser la guía, la fortaleza, el recurso y el abrazo, apreciado y sentido de las mil formas diferentes en que los sentimos de acuerdo al tiempo de nuestra existencia, sin embargo, quedarnos en ellos nos impide forjar nuestro propio camino.

Yo soy más que la hija de Eduardo y de Amelia, soy todas las Susanas que he construido en mi vida, en cada instancia y cada vivencia. Soy parte de la pluma y del latido, pero tengo el poder de acrecentar "mi" latido en trascendencia propia y la obligación de darle sentido creando mi propia historia y enseñando que mis hijos hagan lo propio con la suya.

Ser protagonista de la existencia significa crear hitos en el camino que puedan ser recordados, valorados y sobre todo dignamente sentidos. Cada paso escribe una historia, cada huella deja una semilla, cada fruto siembra el futuro.

Eso es vivir, trascender el tiempo en nuevos futuros y ser protagonistas de cada instancia, así podremos mirar atrás y agradecer el bien o el mal que nos dejaron y que pudimos utilizar de abono para una existencia más plena, más feliz y sobre todo más libre.