La historia de Borja en River merece un capítulo más
Las lesiones de sus compañeros le abieron la puerta al colombiano para ser titular en el primer cruce decisivo de la Copa Libertadores. Con experiencia en paradas bravas y su contrato a punto de vencer, este puede ser su Last Dance
Muchas veces injustamente apuntado por los hinchas, el ciclo de Miguel Ángel Borja en River parece terminado hace rato. Sin embargo, el colombiano volverá a ser titular en la visita a Libertad por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores, y está bien que así sea. El currículum de su carrera y su producción goleadora en el club le dan la espalda suficiente para ser el '9' millonario en Asunción. ¿Y en Núñez?
Al Colibrí le quedan menos de cinco meses de contrato y, a pesar de este último sábado haber sugerido lo contrario, lo cierto es que no hay novedades sobre una posible renovación. Su salida a fin de año es prácticamente un hecho y Marcelo Gallardo no haría fuerza para retenerlo.
Llegado a mediados de 2022 por expreso pedido del Muñeco, Borja vivió altibajos en su estadía de ya más de tres años en el club. A pesar de esta irregularidad, en 143 partidos hizo 61 goles, lo que lo convierte en el máximo anotador del club desde la salida de nada menos que Fernando Cavenaghi. El Torito fue el último jugador en marcar más goles (72 en 121 encuentros entre 2001 y 2004) en un mismo período en el Millonario.
Negar a un goleador es no entender la esencia del juego. Ya lo dijo el propio Gallardo en conferencia de prensa , cuando, tras su noche errática frente al arco en Santiago del Estero, lo defendió así: "A Miguel se lo detecta si es goleador o no, yo lo fui a buscar por eso, no fui a que me haga el trabajo de Julián Álvarez, Borré o Salas. Miguel se destaca por sus goles".
Y en eso, el Colibrí ya dejó su huella en River. Llegar a los 61 goles con la banda roja no es para cualquiera y esa cifra hoy lo posiciona en la 27ª posición entre los máximos artilleros de la historia del club. Está a solo uno de Juan Pablo Ángel y a nueve del mismísimo Gallardo, que llegó a 70 en 304 encuentros. Por eso, si finalmente se va a fines de 2025, merece esta chance de escribir la última página de su historia en Núñez.
No, Borja no aporta al juego colectivo más allá de fijar las marcas de los centrales rivales. Lo suyo no es salir a pivotear, ni a participar en la circulación de la pelota para dejarle el hueco a sus compañeros dentro del área rival. Tampoco la presión en la salida es su fuerte, le cuesta y, aunque lo intenta, no lo hace con la efectividad que en este plantel sí puede lograr Maxi Salas.
Sin embargo, a la hora de hacer goles, nadie lo supera. El tiempo dirá cuándo será la próxima vez que un 9 de River llegue a los 61 goles, pero no es una tarea sencilla. Por caso, Rafael Santos Borré se fue con 55 tantos en 149 partidos; y Julián Álvarez, con 54 en 122. Como se ve, no es fácil pasar la barrera de los 60 tantos en uno de los clubes más exigentes del continente.
El objetivo de River es pelear la Copa Libertadores, y para eso es necesario un killer. Lo tuvo en Juan Gilberto Funes en 1986, en Hernán Crespo en 1996, en Lucas Alario en 2015 y en Lucas Pratto en 2018. No hay que aventurarse tan lejos igual, por ahora la obligación es superar a Libertad en los octavos de final. Y para eso estará en cancha Borja.
El mismo Borja que en 2016 llegó a Atlético Nacional para la instancia de semifinales y en cuatro partidos marcó cinco goles: dos en cada duelo de semis ante Sao Paulo y uno en la revancha de la final ante Independiente del Valle. Ya sabe lo que es marcar en instancias decisivas, como Juan Fernando Quintero (final 2018), Gonzalo Martínez (semifinal y final 2018), Ignacio Fernández (semifinal 2019) o Gonzalo Montiel (semifinal 2017), y lo que es alcanzar la gloria eterna. Parece poco, pero no lo logran muchos.