De Lanús a la gloria: el Granate se consagró campeón de la Copa Sudamericana
En un partido muy parejo, el Granate y el Galo empataron sin goles y en los penales se impuso el equipo argentino. Losada fue la gran figura: atajó tres penales. Bou y Laucha Acosta erraron sus remates.
Después de una final apasionante, muy disputada y cerrada que terminó 0 a 0, Lanús se hizo fuerte en la tanda de penales y se consagró campeón de la Copa Sudamericana ante Atlético Mineiro. Nahuel Losada fue la gran figura, tapando tres disparos desde los doce pasos.
Lanús dio la vuelta olímpica tras vencer 5 a 4 en los penales a Atlético Mineiro. En los 90 minutos había sido empate 0 a 0.
Se jugó como lo que fue, una final. Dientes apretados, pierna fuerte, y mucho nerviosismo por ambos lados. En ese contexto, casi no hubo espacio para los creativos como Marcelino Moreno o Bernard, y sobraron las disputas respecto al dominio del balón.
El trámite comenzó a limpiarse un poco después de los 15 minutos. Recién allí Mineiro pareció encontrar el camino, y generó varias situaciones muy claras que no pudo concretar: un remate desde afuera del área de Alan Franco y otro de Igor Gómez, una chance de Guilherme Arana que exigió la enorme respuesta a quemarropa de Losada, y un infernal tiro libre de Bernard que se estrelló en el segundo palo.
El Granate encontró pocos huecos dentro del sofocón que sufrió. En momentos puntuales pudo hilvanar pases, y de allí surgieron las dos más peligrosas con las que contó: primero Medina quiso pincharla desde lejos y Everson la descolgó del ángulo, y luego Salvio se juntó con Carrera, que terminó probando sin suerte desde la puerta del área.
La segunda mitad profundizó los roles de uno y otro. El elenco brasileño no mermó el asedio, y fue el dueño de la posesión. Lanús, por su parte, se fue quedando y apostó a alguna situación esporádica para lastimar. En ese aspecto, la más clara para el cuadro argentino fue una acción individual de Castillo que terminó con un intento desviado.
El Galo merecía ampliamente el gol, y estuvo cerca de conseguirlo con los remates desde la puerta del área de Dudu (tapó Losada) y Junior Alonso (apenas alto). Sin embargo, cerca del final comenzó a caerse físicamente y el alargue se volvió inevitable.
Mineiro cambió el aire y retomó el protagonismo durante el tiempo extra. Inclusive tuvo una oportunidad más, con el cabezazo de Biel a corta distancia que contuvo el arquero del Grana. Lanús no se quedó atrás y, a partir de los cuatro cambios propuestos por Pellegrino, emparejó el trámite.
La recta final fue puro padecimiento y cansancio. El alto desgaste y los más de 100 minutos jugados empezaron a hacer mella en ambos equipos, con pocas ideas frescas en el tintero. Como si fuese poco, el público hizo notar el nerviosismo por la proximidad de la definición. Para colmo, lo que era un cierre no apto para cardíacos alcanzó un nivel inesperado cuando Mineiro presionó, Hulk tocó con Biel, y Losada tapó el mano a mano de forma increíble.
Para continuar con lo que fue un encuentro épico e inolvidable, la tanda de penales fue eterna. Se patearon 14 penales, y Lanús estuvo varias veces a punto de abrochar el campeonato. Allí, el que se erigió como la figura y escribió su nombre en la historia Granate fue Nahuel Losada, que tapó tres penales para decretar la vuelta olímpica.