Cambiar la mirada
Memorias del Alma | por Susana Platero
Estaba sentada a la mesa de mi casa, pero cambié el lugar de siempre y varió la perspectiva. Todo era lo mismo, pero no era igual. Entendí que ver lo cotidiano con otra mirada puede hacer la diferencia y transformarnos a nosotros mismos.
Los caminos son los de siempre, de la casa al trabajo o a las actividades acostumbradas, a tal hora tal cosa y en aquel momento tal otra. Así nuestros pies arrastran nuestra alma de rutina en rutina a cada paso o estación que transitamos.
La costumbre, los hábitos, la comodidad pueden ser instrumentos valiosos para dar estabilidad a nuestra vida, pero es fundamental y necesario salir de la zona de confort y enfrentar lo mismo con otra mirada. Casi con seguridad, el resultado será un nuevo sendero para la misma ruta y la sensación de aventura que trae aparejado cada nuevo descubrimiento.
Animarse a cambiar el punto de vista puede ser una experiencia interesante que nos permitirá sentirnos distintos con solo dar vuelta la esquina, o la mirada.